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Nuevas masculinidades y juventudes rurales

Nuevas masculinidades y juventudes rurales

La desigualdad de género está presente en nuestra sociedad, llegando en algunos casos a expresiones graves de violencia que muchas veces se da en el ámbito familiar; sin embargo, es un problema estructural que también se manifiesta en diferentes contextos sociales, educativos, laborales e institucionales. Estas desigualdades se cimentan sobre sistemas donde se plantea que lo que culturalmente se considera masculino es superior a lo que culturalmente se considera femenino. No obstante, nuestros conceptos de género son una construcción social y cultural y la diferencia en el sexo de las personas no debiese tener ni crear una desigualdad de poderes.

Existen diferentes desigualdades que atraviesan a las mujeres en su diversidad. Estas desigualdades pueden ser por origen étnico o racial, condición de discapacidad, orientación sexual, identidad de género, lugar de origen, entre otros. Por ejemplo, en el ámbito rural a las mujeres les afecta de mayor medida la pobreza ya que no tienen el mismo acceso a la tierra, a espacios de capacitación, a tecnología, incluso al uso de su tiempo ya que ellas tienen una sobrecarga de trabajo no remunerado. Cuando estas mujeres son además jóvenes, tienen desafíos agregados por su edad. Se calcula que el 40% de las mujeres rurales de América Latina y el Caribe no cuenta con ingresos propios.

La necesidad de nuevas masculinidades

Las juventudes son motor de cambio y en la lucha contra las desigualdades de género no deben quedar atrás. Por esto es que las juventudes rurales pueden constituir sociedades más igualitarias adaptando nuevas masculinidades ya que el modelo de masculinidad tradicional es responsable en gran medida de que se justifiquen y legitimen las múltiples desigualdades.

Las nuevas masculinidades sirven para desafiar y transformar las normas tradicionales, y así promueven una visión más diversa e inclusiva de lo que significa ser hombre. Por ejemplo, en vez de asociar lo masculino con poder, dominación y dureza, se valora y relaciona con la empatía, la colaboración y la búsqueda de igualdad.

Este cambio no solo beneficia a las mujeres y niñas, sino que también libera a los hombres de las presiones de cumplir con ideales que reprimen sus sentimientos y donde la única emoción masculina válida es el enojo. La Organización Panamericana de la Salud ve a las masculinidades tradicionales como un problema de salud para los hombres ya que estos tienen menor expectativa de vida debido a muertes violentas como homicidios, accidentes de tránsito y suicidios.

Esto se traduce en que uno de cada cinco hombres en las Américas no llegue a los 50 años y que la tasa de mortalidad de hombres jóvenes sea entre cuatro y siete veces más que la de las mujeres jóvenes. Después de cumplidos los 50 años también se ven las diferencias en su salud y salida de vida, tienen más enfermedades crónicas no transmisibles, son menos propensos a cuidar de sí y a buscar atención médica temprana.

Herramientas y estrategias para promover nuevas masculinidades

Educación

La educación formal es fundamental para cuestionar, discutir y redefinir las masculinidades. Aplicar programas educativos que incluyan enfoques de género pueden ayudar, desde la niñez, a reflexionar sobre las normas tradicionales y desarrollar una visión crítica de cómo les afectan personalmente y a su comunidad.

Sensibilización

Las campañas de sensibilización sobre nuevas masculinidades y la igualdad de género son una herramienta complementaria de bajo costo. Se pueden hacer en espacios públicos, medios de comunicación y redes sociales.

Espacios de Diálogo

Es importante contar con espacios seguros donde los hombres jóvenes puedan compartir y discutir sus dudas, experiencias y desafíos sin juicio. En estos espacios se debe fomentar la honestidad y la vulnerabilidad.

Eventos comunitarios

Resulta necesario que este no sea solo un tema de las juventudes, sino que se involucre a toda la comunidad de forma intergeneracional. Para esto se pueden organizar espacios en eventos de la comunidad como ferias y actividades deportivas.

Modelos a seguir

La visibilidad de hombres que ejercen nuevas masculinidades es fundamental. Estos pueden ser amigos, docentes, familiares o figuras públicas que demuestren que es posible romper con los roles de género al ser otro tipo de hombre y tener éxito sin recurrir a la dominación o la violencia.

Conclusión

Las juventudes rurales tienen el potencial de ser agentes de cambio, y mediante la adopción y promoción de nuevas masculinidades que desafíen y transformen las normas tradicionales de género pueden transformar sus comunidades. Este cambio es necesario no solo para las mujeres, sino también para beneficiar a los hombres al liberarlos de las presiones socialmente impuestas.

Para lograr estos cambios es necesaria una estrategia integral que incluya espacios formales e informales, personas de todas las edades y estar presente en el día a día de la comunidad. Estas acciones en conjunto pueden romper estereotipos y construir sociedades más justas e igualitarias en las que todos y todas ganan.

Fuentes:

1 de cada 5 hombres no llega a cumplir 50 años en las Américas, debido a problemas relacionados con la masculinidad tóxica

“Es lo que te tocó”. Violencia y desigualdad en mujeres mayores rurales a lo largo del curso de vida

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-192X2022000100039

Las voces de las mujeres rurales en América Latina y el Caribe ante las crisis multidimensionales

https://www.undp.org/sites/g/files/zskgke326/files/2023-09/mujeres_rurales_final_sept.pdf

Violencia de género en la juventud. Las mil caras de la violencia machista en la población joven

https://xuventude.xunta.es/images/Observatorio_Galego_da_Xuventude/ano_2022/Violencia_de_g%C3%A9nero_en_la_juventud._Revista_125.pdf#page=35

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