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La sequía es uno de los desafíos más complejos que enfrentan los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe. Este fenómeno no solo afecta los cultivos y la disponibilidad de agua, sino que además tiene consecuencias económicas y sociales que impactan directamente a las juventudes rurales, quienes dependen en gran medida de la agricultura para su sustento. En un contexto de cambio climático, las sequías están aumentando en frecuencia e intensidad, y en esta situación las tecnologías digitales se presentan como herramientas clave para mejorar la resiliencia de los sistemas de producción agrícola y, por lo tanto, el bienestar de los jóvenes en el campo.

Para hacer frente a estos cambios, las tecnologías digitales ofrecen soluciones prácticas y accesibles que ayudan a monitorizar el clima, prever situaciones extremas y tomar decisiones informadas. Por ejemplo, plataformas digitales especializadas permiten a los productores conocer las condiciones actuales del suelo, el pronóstico de lluvias o las temperaturas en tiempo real. Con esta información, los jóvenes pueden planificar sus actividades agrícolas, preparar la tierra y tomar decisiones que minimicen el impacto de la sequía en sus cultivos.

Además, las tecnologías digitales no solo facilitan el acceso a la información, sino que también fomentan el desarrollo de habilidades técnicas y de adaptación. Esto es especialmente importante para las juventudes rurales, quienes están en una posición única para aprovechar estas herramientas y liderar la transformación digital en el sector agroalimentario. Su familiaridad con el uso de dispositivos digitales y la facilidad con la que adoptan nuevas tecnologías convierte a las juventudes en agentes de cambio en sus comunidades. Mediante la tecnología, pueden ser líderes en la creación de soluciones locales para problemas globales como la sequía.

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) ha elaborado recientemente un informe titulado “La sequía en la agricultura: recursos digitales disponibles para diagnosticar su ocurrencia y reducir sus impactos en América Latina y el Caribe”, que muestra cómo diversas herramientas digitales pueden ayudar a mitigar los efectos de la sequía. En el informe, se presenta una amplia gama de soluciones digitales diseñadas para ofrecer información valiosa sobre el monitoreo de la sequía, la predicción climática y la planificación ante eventos extremos, apoyando así el trabajo diario de los y las agricultoras. Puedes acceder a este informe aquí y conocer más sobre cómo estas herramientas digitales pueden transformar el futuro de la agricultura y contribuir a una mayor resiliencia frente a los eventos de sequía.

Finalmente, es importante recordar que, aunque estas tecnologías representan un gran avance, la brecha digital en las zonas rurales sigue siendo un desafío importante. Actualmente, solo el 43.4% de las personas jóvenes en áreas rurales de América Latina y el Caribe tiene acceso a internet. Este es un aspecto fundamental que debe abordarse para que todas las juventudes en su diversidad puedan acceder a las herramientas digitales necesarias y así participar activamente en la adaptación de los sistemas agrícolas a los efectos del cambio climático.

La tecnología, sin duda, se está convirtiendo en un aliado fundamental para que las juventudes rurales enfrenten los retos de la sequía y el cambio climático. Con más acceso y capacitación, las personas jóvenes de zonas rurales de las Américas pueden ser protagonistas de una agricultura más sostenible y adaptativa, garantizando no solo su futuro, sino también el de sus comunidades y el del planeta.